El camino más corto


Hay que disfrutar al máximo de los pequeños desvíos, es la única manera de encontrar lo que realmente uno quiere. Ging San quería mirar el tesoro de unas ruinas. Para acceder a ellas necesitaba miles de millones para garantizar que todo quedaría como estaba. Buscó un grupo de personas altruistas que sólo quisieran mirar el tesoro sin nada a cambio, pero además trabajar para conseguir el dinero. Luego de unos años, se armó el grupo y finalmente lograrían juntar el dinero para acceder a las ruinas. Cuando entraron, y miraron el brillo inconmensurable de las joyas, se abrazaron de la felicidad y Ging San se dio cuenta que el tesoro que realmente andaba buscando eran sus compañeros.

El universo sólo presenta caminos curvos y forzados, da lo mismo la dirección en que uno navegue, al estar en una esfera llegaremos tarde o temprano. La poesía es otro viaje de los que llevamos en nuestras vidas, pero en esta región el hablante poético es la naturaleza, ella recorre a los poetas. En consecuencia, sincroniza nuestras tareas culturales con el ecosistema. Seguir el impulso de los vientos para hablar, enciende nuestra alma y volvemos a la raíz del planeta, somos líquido circulante: sangre roja.